jueves, 6 de noviembre de 2014

La historia de Martín

  
         Hoy ha llegado Martín a clase con un trabajo del proyecto, está muy ilusionado y ansioso por enseñarlo y compartirlo con sus compañeros/as.
       Su trabajo es un cuento que narra la historia de un Girasol, en su exposición nos cuenta que el girasol estaba muy triste y nos explica las causas de sus emociones.
           Es una historia muy bonita y los alumnos/as son los protagonistas, también nos enseña algunas cositas de los girasoles como su origen, para qué sirven,...
            Después de hablar Martín, la seño ha leido minuciosamente el cuento, los pequeños estaban muy atentos y les ha gustado un montón.
Mirad que caritas...


  Y la historia empieza así...

       " Hace muchos años en América, las tribus de indios que vivían allí sembraron los primeros girasoles. ¿Sabéis para que usaban sus pipas?...
     Con las pipas de los girasoles hacían panes, sopa, también hacían pinturas para la cara y pinturas para darle color a la ropa.
      Después de mucho tiempo los girasoles llegaron a España.
      En Cuenca, donde pasa Martín sus vacaciones de verano, hay muchos campos de girasoles. ¡Y son preciooooosos!
      En uno de esos campos hay dos girasoles que son muy amigos. Uno se llama Martín y el otro se llama Carla, son muy divertidos y alegres, pero llevan unos días muy tristes porque Mariano, el campesino que los cuida, no tiene paciencia para que crezcan, se enfada mucho porque son muy pequeños todavía, y quiere que crezcan, tanto como un girasol gigante, que era altísimo como una casa.
      Los pobres girasoles Carla y Martín desean que Mariano este feliz y no se enfade con ellos. Entonces todas las mañanas se despiertan muy temprano, cuando sale el sol y lo siguen todo el día para crecer mucho y muy rápido.
      Mariano se ha desesperado y ya no quiere cuidar de ellos. Como no los riega, los girasoles han dejado de crecer y se empiezan a secar.
       Entonces los dos amigos se reúnen con los demás girasoles: con Jorge, Naiara, Juan David, Luis, Zulema,... hay muchísimos girasoles y todos se quieren hacer muy grandes. Todos juntos deciden explicarle al campesino que ellos no serán tan altos como el girasol gigante del que él les habla. Pero ellos sí le darán unas pipas buenísimas que se comerán los niños, los loros y también los hámsters.
     Mariano los escucha muy atento y les pregunta: ¿Por qué son tan importantes vuestras pipas?
     Martín es el primero en responder, y le dice que las pipas son muy buenas para la vista porque tienen Vitamina E.
    Después Carla le explica que cuando prensen sus pipas, saldrá un aceite buenísimo: el aceite que las mamas usan para la comida.
    Jorge le dice que el aceite también se usa para el cuerpo y el pelo, para que estén suavecitos.
    Mariano se va a su casa pensativo y al día siguiente, cuando ya ha salido el sol, va a visitar a los girasoles, los riega y les pide perdón porque no los ha cuidado bien, y les promete que ya nunca los dejará de regar.
      Los girasoles se han hecho muy amigos del campesino y están muy felices. Van pasando los días y los girasoles crecen y crecen, hasta que un día salen sus primeras pipas.
      Ahora todos están contentos, las flores y el campesino, los niños porque pueden comerse las pipas, las mamás porque tienen aceite para cocinar, y también Isa, la hija de Mariano, porque ya tiene pipas para su hamster. "
     
      A los pequeños les ha encantado el cuento, y le han dado las gracias a Martín por traerlo a clase y compartirlo con ellos. Y también les damos las gracias a su familia por la dedicación, el esfuerzo y el interés que han demostrado en la elaboración de su trabajo sobre los girasoles.

¡Muchas gracias familia!

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